Problemas de humedades y cómo reducir las facturas de energía
La actual crisis del coste de vida está afectando a muchas personas en todo el mundo debido a facturas de energía exorbitantes, el aumento de los costes de los alimentos y más. Como resultado, son muchísimas las personas que están obligadas a reducir gastos y, entre ellos, a reducir las facturas de energía. Además, la falta de calefacción (muchos hogares han dejado de encenderla) empeora los problemas de humedad, y los problemas de humedad empeoran la eficiencia energética de una casa; es un círculo vicioso.
¿Por qué es tan importante la impermeabilización contra la humedad?
El concepto de humedad es mucho mas amplio de lo que habitualmente pensamos. Cada vivienda tiene que tener un equilibrio higrotérmico en su conjunto, para que la humedad ambiental sea la adecuada según la temperatura del aire.
Así pues, las condiciones optimas de humedad en una vivienda varían de la época invernal al estío. Según los parámetros establecidos en el RITE, el Reglamento de instalaciones térmicas en los edificios, en invierno se deben situar entre 21-23 ºC y un 40-50% de humedad relativa, mientras que en verano, la temperatura se situará entre los 23-25 ºC y la humedad relativa en 45-60% .
La humedad en el interior de las viviendas suele provenir de las actividades que solemos realizar, como ducharnos, cocinar e incluso respirar. El equilibrio higrotérmico de las viviendas depende de muchos factores. En una vivienda de 200 m2 en la que habitan 2 personas, no cocinan y tienen calefacción central hay posiblemente un déficit de humedad que se compensa con la entrada de aire mas húmedo desde el exterior, mientras que en una vivienda de 60 m2 en la que viven 4 personas, cocinan mucho y se calientan con estufas de butano tiene un exceso de humedad que se tiene que compensar ventilando y sacando dicha humedad al exterior.
Cuando hablamos de problemas de humedad nos referimos a un desajuste del equilibrio higrotérmico de una vivienda, y suele estar motivado por la entrada de agua procedente del exterior de forma no controlada.
Dichas entradas de agua suelen ser filtraciones (goteras) procedentes de cubiertas, filtraciones procedentes de paredes en contacto con el terreno, o capilaridad a través de suelos o paredes en contacto con el terreno.
Estas entradas de agua pueden provocar manchas o patologías localizadas en el punto de entrada, pero también provocan desajustes higrotérmicos que generan otras patologías asociadas a condensaciones en paredes frías que pueden producir hongos y a medio plazo problemas de salud.
La humedad excesiva también provoca que sea más caro calentar la vivienda porque los elementos constructivos mojados aíslan menos y generan mas perdidas de calor.
Para solucionar los desajustes higrotérmicos de una vivienda y reducir las facturas de energía hay que analizar el conjunto de forma completa. Las soluciones parciales no siempre funcionan, y los parches suelen ser una pérdida de dinero y tiempo que no suele resolver los problemas.
En los edificios comunitarios es muy importante que el administrador de fincas junto con el presidente mantengan en buen estado los sistemas de impermeabilización de cubiertas y los revestimientos de las fachadas, realizando las intervenciones de mantenimiento adecuadas, no dejándose llevar siempre por la opción mas económica y parcial que les propongan.
Otro aspecto que cada vez cobra más importancia, y que es clave para mantener un buen equilibrio higrotérmico en el interior de las viviendas, y así reducir las facturas de energía, es el aislamiento térmico.
Una vivienda mal aislada puede sufrir problemas de condensación y moho a pesar de no tener una humedad relativa alta en el interior, y la forma de solucionarlo es aumentando la calefacción con el consiguiente gasto asociado.
Una vivienda bien aislada es mas fácil que tenga un adecuado equilibrio higrotérmico con un bajo consumo de calefacción, pudiendo reducir las facturas de energía.
Otro problema que suelen tener los bajos y viviendas unifamiliares es la humedad de capilaridad.
Estas humedades penetran en el interior de las viviendas a través de los muros y soleras, y además de empeorar el equilibrio higrotérmico de la vivienda, pueden producir deterioro de elementos estructurales de madera o metal, o incluso deterioro de las armaduras del hormigón armado.
El tratamiento de estas humedades permite mejorar el confort en el interior de las viviendas y mantener el valor de los edificios evitando su deterioro acelerado.
Las medidas de ahorro energético para reducir las facturas de energía deben plantearse de manera conjunta en las viviendas. No siempre aislar una parte o cambiar una ventana produce un beneficio cierto si no se tocan otras partes de la vivienda. Es habitual que propietarios que cambiaron las ventanas hace unos años empezaron a tener problemas de condensación en las ventanas debido a la excesiva hermeticidad de las ventanas de hace unos años.
Antes de embarcarse en mejoras energéticas es importante solucionar las entradas de humedad del exterior, tanto a nivel de filtraciones de cubierta o paredes, como a la humedad procedente de capilaridad de muros o soleras. De lo contrario, los sistemas de aislamiento puede que no cumplan su función o incluso sean contraproducentes en algunos casos.
Las cámaras de aire sin aislamiento funcionan mejor en casos de humedad o filtraciones que las cámaras aisladas ya que estas ultimas no permiten ventilar la humedad y la suelen almacenar produciendo el efecto contrario al que se esperaba.
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